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martes, 5 de enero de 2010

Año nuevo, entrada nueva

Extraño, cada vez que entro me encuentro con nuevos comentarios y eso que yo pensaba que esto no lo leía ni dios...

Bien, año nuevo, vida nueva: Es hora de dejar atrás todo lo ocurrido en el 2009: Los malos momentos, los engaños, los errores y mirar hacía delante. Sí, ¿Quién me lo iba a decir? Con optimismo. Últimamente estoy demasiado optimista para lo que yo soy. Y es que en este año (el año que hemos dejado atrás) he aprendido demasiadas cosas y, aunque lo haya pasado mal de toda mala experiencia de aprende, ¿no? Empiezo el 2010 con 19 años, embarcada en una nueva relación que está empezando aún y que está entre el "me gustas" y el "estoy enamorada de ti", con un futuro incierto en cuanto a estudios pero con ganas de cambiarlo de una vez. Ahhh, y ¡Con cámara nueva! Réflex, además:



Cambiando de tema, porque tengo la sensación de que siempre me repito y hablo de mis tristezas (y este no es un blog emo, amigos) así que hablemos de la ilusión: Esta noche vienen los Reyes Magos. Bien, creo que con 19 años poca edad tengo ya para acostarme y pasarme toda la noche en vela esperando a que amanezca para despertar a mis padres a las ocho de la mañana para abrir los regalos. Pero claro, eso es lo que hacía cuando era pequeña y, ¿Qué queréis que os diga? Me hacía tremendamente feliz. Y lo que me hacía más feliz de todo no eran los regalos, no, porque a los pocos días éstos dejaban de ser "la novedad" y ya los trataba como los otros. Lo que me hacía feliz era el día 5 ir a ver la cabalgata y, durante toda la noche esperar ansiosa a que llegara el día 6. El auténtico regalo era ese: la espera más que el momento cumbre de los Reyes en sí.

Así que esta noche me quedo sin ilusión y sin nada. Va a ser una noche normal. En fin...

viernes, 23 de octubre de 2009

Gente rara


Si algo puedo asegurar es que atraigo a la gente rara y la gente rara me atrae. La realidad siempre supera la ficción y esos personajes que me fascinan en los libros que veo y en las series y películas que veo me los encuentro en la vida real, y me fascinan aún más, porque son reales y puedo hablar con ellos y porque, al fin y al cabo, son más interesantes que los personajes inexistentes.

Ahora es cuando reconozco que me obsesiono con la gente. He llegado a decirle a alguien que me interesaba su vida, que la veía interesante. Me hacía y me hago fan de la gente, me engancho a sus culebrones que no son más que su día a día.

El otro día, y siguiendo con el tema estricto de la entrada, entablé conversación con una compañera de clase con la que a penas había hablado dos o tres veces. Hablábamos de matriculas y asuntos universitarios así que me comentó que era familia numerosa y que, por tanto, no tenía que pagar la matricula.

Mi caso es todo lo contrario: Soy hija única y cada año pido beca, pero no me la dan. Empezamos a hablar de los hijos únicos y yo le comentaba que somos seres raros o que, al menos, el resto de hijos únicos que había conocido en mi vida eran personas raras pero, a la vez, muy interesantes y que, en general, ya me gustaba conocer a este tipo de personas. Y entonces, de repente, me preguntó: "¿Crees que soy rara?" Me dejó a cuadros... solo pude responderle que no la conocía lo suficiente como para decidir si era rara o no.


De esto debe de hacer un par de semanas pero aún pienso en ello... quizá ahora le contestara que sí, es un poco rara, porque el mismo hecho de que me preguntara aquello ya me hizo pensar "Qué raro que me pregunte eso cuando a penas nos conocemos..."