jueves, 21 de enero de 2010

Me psicoanalizan


Bien, quizá es una tontería pero me ha llamado la curiosidad. Una amiga, llamada Dafni (que por cierto escribía muy bien -y no es que ya no escriba bien, es que ya no escribe- y podría haber sido una buena blogger) me propuso un juego psicoanalítico: Dibujar en un mismo papel un árbol, un zorro, una serpiente, unas montañas, un camino, una casa y un sol. Según como dibujara cada elemento estos, en conjunto, describirían mi personalidad:

¿El resultado? Bastante acertado. Os resumo los significados que descifró de mi dibujo:
  • El árbol muestra que estoy a gusto conmigo misma porque lo he dibujado lleno de frutos. La verdad es que actualmente es así. ¿Lo hubiera dibujado de otra manera en el pasado, cuando no estaba a gusto tal y como era?
  • El camino significa que aún no sé qué hacer con mi vida y no sé exactamente hacía donde voy. Bien, con esto también estoy de acuerdo. A veces me pregunto qué va a ser de mi de aquí a unos años, cuando tenga que ponerme a trabajar, a pensar en dejar mi casa, a formar mi propia vida. Y eso, la verdad, me da cierto miedo.
  • Las montañas son los objetivos que tengo en la vida. Como una es más grande que otra tengo algunos objetivos más prioritarios que otros. Bueno, imagino que como todo el mundo.
  • La serpiente es todo lo referente a mi sexualidad. Tiene la lengua fuera y es bastante grande; estoy en una fase de descubrimiento.
  • La casa representa mi entorno y lo que busco en él: Busco un entorno acogedor y estar cerca y rodeada de mis seres queridos.
  • El zorro representa todo lo referente a mi actitud. Según ello, soy una persona amable y apacible. Si hubiera dibujado un zorro más feroz significaría que soy lo contrario, imagino.
  • El sol es mi estado y tal y como lo he dibujado significa que soy feliz.
Bien, tampoco hay que creerse todo al pie de la letra. La verdad, nunca he podido comprender en qué se basan para que según dibujes tal cosa seas de una manera y otra. No creo que sea tal fácil desentrañar la personalidad de un individuo pero, en este caso, ha dado bastante en el clavo.

Por último, y ya se me olvidaba nombrarlo, mi amiga me dijo que según mi dibujo soy una persona negativa porque he centrado los elementos más hacía la parte inferior de la hoja y no a la superior. La verdad, no se me hubiera ocurrido dibujar a la serpiente y al zorro volando por aire pero creo que, incluso en esto lo acertó.

Entrada chorra la de hoy, para que luego no os quejéis que no actualizo y blablabla.

martes, 5 de enero de 2010

Año nuevo, entrada nueva

Extraño, cada vez que entro me encuentro con nuevos comentarios y eso que yo pensaba que esto no lo leía ni dios...

Bien, año nuevo, vida nueva: Es hora de dejar atrás todo lo ocurrido en el 2009: Los malos momentos, los engaños, los errores y mirar hacía delante. Sí, ¿Quién me lo iba a decir? Con optimismo. Últimamente estoy demasiado optimista para lo que yo soy. Y es que en este año (el año que hemos dejado atrás) he aprendido demasiadas cosas y, aunque lo haya pasado mal de toda mala experiencia de aprende, ¿no? Empiezo el 2010 con 19 años, embarcada en una nueva relación que está empezando aún y que está entre el "me gustas" y el "estoy enamorada de ti", con un futuro incierto en cuanto a estudios pero con ganas de cambiarlo de una vez. Ahhh, y ¡Con cámara nueva! Réflex, además:



Cambiando de tema, porque tengo la sensación de que siempre me repito y hablo de mis tristezas (y este no es un blog emo, amigos) así que hablemos de la ilusión: Esta noche vienen los Reyes Magos. Bien, creo que con 19 años poca edad tengo ya para acostarme y pasarme toda la noche en vela esperando a que amanezca para despertar a mis padres a las ocho de la mañana para abrir los regalos. Pero claro, eso es lo que hacía cuando era pequeña y, ¿Qué queréis que os diga? Me hacía tremendamente feliz. Y lo que me hacía más feliz de todo no eran los regalos, no, porque a los pocos días éstos dejaban de ser "la novedad" y ya los trataba como los otros. Lo que me hacía feliz era el día 5 ir a ver la cabalgata y, durante toda la noche esperar ansiosa a que llegara el día 6. El auténtico regalo era ese: la espera más que el momento cumbre de los Reyes en sí.

Así que esta noche me quedo sin ilusión y sin nada. Va a ser una noche normal. En fin...